Finca La Gloria | Donde nuestro ser re-emerge

 

 

Todos los sentimientos abrumadores y el miedo que palpitaba en nuestro interior se esfumaron en el preciso y precioso momento en el que nos sentamos en el columpio de Finca La Gloria.

 

Llegábamos de un viaje cansado y frío. Diferentes circunstancias personales y profesionales mantenían caprichoso nuestro insomnio. Buscábamos el sol de la poesía de Lorca, el agua de sus fuentes, la quietud de las 5 de la tarde, las paredes encaladas de Andalucía. Llegamos a Finca La Gloria. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

"Se trata de disponer las plantas y los animales en el espacio para que se ayuden mutuamente, se alimenten mutuamente y se protejan de las plagas y las malas hierbas. Entonces se produce la magia, y la tierra se regenera por sí misma", nos explica uno de los dueños, Daniel Fabrega.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Finca La Gloria es una granja de permacultura que cuenta con un íntimo hotel boutique dentro de un desarrollo agrícola intensivo donde el arte, los cultivos y el bienestar interior se funden en una única declaración filosófica. La finca alberga los secretos de la arquitectura andaluza, que ayudan a atrapar el aire frío en las calurosas noches de verano gracias a los anchos muros de piedra. Un patio andaluz nos da la bienvenida mientras conecta las distintas estancias. En el centro, la fuente susurra canciones del alma. El interiorismo nos habla de Marruecos, de las Alpujarras... y de la honestidad que sólo lo sencillo, lo auténtico, puede desprender. 

"Pronto florecerán los jazmines", nos dice Daniel Fábrega nada más llegar. Es arquitecto y uno de los soñadores que decidió apostar por la creación de una finca de permacultura como modelo de negocio. Queremos saber cómo lo hacen y qué significa para el futuro de la sociedad. "Sentaros allí en el columpio", nos ofrece. (..............). Momentos indescriptibles. 

 

No sabemos si es la vista del horizonte quieto, el sonido del agua rompiendo en sollozos sobre la piscina impasible o la brisa africana arremolinándose en los rincones de este hermoso santuario escondido en las profundidades de Andalucía..., pero conseguimos oler el jazmín incluso antes de que florezca. 

 

Entre libros de plantas y arquitectura, cae la noche. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que vimos las estrellas? Allí están, todas juntas. Parecen alinearse para mirarnos mientras las observamos. Nos cuentan historias de la infancia, de cuentos infinitos que no implican parábolas ni enseñanzas, aquellos que pedíamos solo por el mero hecho de escuchar la voz susurrante de quienes nos los contaban. La calma es infinita.

"Se trata de disponer las plantas y los animales en el espacio para que se ayuden y se alimenten mutuamente, y se protejan de las plagas y las malas hierbas. Entonces se produce la magia, y la tierra se regenera por sí misma", nos explica Daniel por la mañana mientras recorremos el jardín que están construyendo. Ahora todos hablan del concepto de permacultura, pero no todos saben cómo aplicarlo correctamente. No todo el mundo tiene la paciencia y el coraje necesarios. "Hay que estar un poco loco", dice Daniel. "Y ser tremendamente generoso,"- pensamos nosotros. "Tienes que rendirte a los caprichos de la madre naturaleza y despojarte de las armas que te ha dado la industrialización. No es fácil".

 

Abordar el cambio climático regenerando y revitalizando los suelos degradados y recuperando la biodiversidad requiere un diseño especial del suelo, mucha observación, mucho respeto y mucha paciencia.

 

Este enfoque también tiene un impacto positivo en las comunidades, ya que preserva los conocimientos tradicionales, impulsa las economías locales y proporciona a la gente alimentos mejores y más densos en nutrientes. La permacultura habla de respetar la tierra, no de utilizarla. Un suelo sano es clave para la producción eficiente de alimentos y la prestación de muchos servicios ecosistémicos, como el almacenamiento de carbono y el agua. La agricultura regenerativa se centra en mejorar el ciclo del agua, regenerar la capa superior del suelo y aumentar la biodiversidad. Los beneficios de este enfoque son numerosos, incluida la posibilidad de alimentar a más personas utilizando menos tierra. Pero, como dice Daniel, no es fácil. Una vez más, se trata de despojar al hombre de su egocentrismo y convertirlo en un simple recolector de lo que la naturaleza ofrece.

Carmen nos espera a la mesa. La cocinera de la finca, Elena, ha preparado un delicioso menú en el que podemos degustar los alimentos que estamos viendo crecer frente a nosotros. Sabores de Andalucía. Sabores de una tierra sana.

Nos preguntamos si el concepto de permacultura podría aplicarse a los humanos. Le preguntamos a Siri: "¿Existe la "humapermacultura?". Su voz responde: "Emoción positiva, compromiso, relaciones, significado y logros, optimismo,  actividad física, nutrición y sueño". ¡Interesante! Una buena respuesta para nuestra mente mientras disfrutamos de una copa de vino. Apagamos nuestros teléfonos móviles. Queremos escuchar la vida. 

Es un nuevo día. Nos levantamos muy temprano. A veces la felicidad nos despierta antes de lo que quisiéramos. Observamos a las gallinas en la distancia, sus ajetreadas idas y venidas. ¡Son tan graciosas! De repente, con una gran y agradable sonrisa, entra en escena Elena Medina. Nos invita a hacer yoga. Ella es coach y estamos en el paraíso. No nos lo pensamos. Con un atuendo completamente equivocado, nos dejamos llevar por ella. Pura espiritualidad. Nuestra estancia no podía terminar mejor. 

 

Cuando nadie nos ve, la hora de la siesta nos encuentra dormidos. Bajo la higuera. El aire gime. El agua canta. Nuestro ser resurge.

 
 

Words: Belvis Soler
Photography:  Jens Wittwer