Preservar la belleza

 

 

Un viaje a Soneva Kiri transforma lo indefinido en determinado. Se trata de captar el momento exacto de la belleza de nuestro planeta: en su diversidad, en el detalle, en su fragilidad. El lujo en Soneva Kiri es comodidad y conciencia ambiental en modo imperativo. Por un lado, crea un puente entre la relajación y el auto-reconocimiento. Por otro, la visita supone también una contribución a otros, a través de iniciativas que benefician proyectos locales. La experiencia en Soneva Kiri no es solo una experiencia de viaje, sino una oportunidad de regresar a casa con algo más que recuerdos.

 
 
 
 

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EL CUERPO EN EL MOMENTO ANGULAR

El barco ancla en el embarcadero. Apenas hemos dado el primer paso en la isla Koh Kood en Tailandia: “No News, No Shoes”, indica la bolsa que nos ofrecen. Nos deshacemos de nuestros zapatos, que no veremos hasta la vuelta. Supuestamente un pequeño acto, pero con un gran efecto. Creamos la base para dejarnos llevar y así, sentimos la tierra común bajo nuestros pies, sensibilizando nuestra percepción. Buscamos el equilibrio a través de los sentidos y nos dejamos abrazar.

Un leve ruido del mar nos susurra al oído mientras se enriquece con los sonidos superficiales de la fauna circundante. Nuestros pies sienten la piedra fría, la madera caliente, y la arena tibia envuelve bellamente nuestros cuerpos. La energía fluye, cada sensación parece infinita en su efecto. Mi mirada vaga por el mar. El horizonte se fusiona con los infinitos tonos azules, girando como un caleidoscopio oclusivo.

 
 
 
 
 
 

Mi copa de vino quiebra el rayo de sol en su espectro de colores. La paleta se presenta congruente con los ingredientes frescos, regionales, del arte culinario tailandés. Chi es mi compañero mental. Mientras el viento sopla decisivamente, mis ojos vagan por el interior de nuestra villa, incrustada discretamente en la flora y la fauna de la isla. No existe una línea divisoria visual ni emocional, casi todos los materiales utilizados provienen de la isla. Y así, la intimidad entre el hombre y la naturaleza es una máxima que se acentúa sutilmente con el lujoso confort.

El interior es exterior y viceversa. Pronto, la vista se convierte en un escenario: el sonido de un coco que cae y el brillo de las luciérnagas son nuestros protagonistas medio pasivos. El tiempo y el espacio se vuelven relativos en el Universo Soneva Kiri. Solo la sombra errante atestigua que nuestros cuerpos sucumben a la rotación de la tierra y cada momento precioso del presente nos arroja al futuro.

 
 
 
 

LA MENTE EN EL ZENIT

Porque solo el encuentro espiritual entre hoy y mañana, entre tu y yo, puede despertar la conciencia y agudizar los sentidos. El entorno se convierte en una cámara de resonancia que nos mantiene en nuestra zona de confort y nos desafía al mismo tiempo. ¿Dónde estoy? ¿Dónde estás tú? ¿Cómo debería ser el futuro? Soneva Kiri lanza el mensaje para ayudarnos a adoptar un significado sostenible, dándole espacio en el interior y componiendo un pensamiento para desarrollarlo más allá de la visita. Nos sentimos atrapados en nosotros mismos, pasando de una supuesta pasividad metal para la recuperación espiritual a un activismo inminente. La mente está excitada. Sí, estamos más atentos. Sí, lo entendimos.

¿Cómo se las arregla Soneva Kiri para agudizar y sensibilizar la percepción? El lujo y la sostenibilidad conforman una herramienta poderosa. El lujo exige una creatividad excepcional y de alta calidad. La sostenibilidad se esfuerza por alcanzar la longevidad. Ambos, en harmonía, rompen el horizonte común de unas vacaciones y nos llevan más allá. Porque la acción sostenible no se define únicamente en el  “yo y el ahora”, sino en el “nosotros y el mañana”. La primera idea nos llega a través del Resort Soneva Kiri, mediante la integración de la sostenibilidad en el proyecto. El agua es tratada y gestionada por ellos para quitarnos la sed; una eco-plantación autogestionada y con guiños a la permacultura nos alimenta; y el propio Resort ofrece empleos éticos a la población local.

Pero la sostenibilidad no solo puede ser pensada localmente. Por eso, se reinvierte en varios proyectos internacionales que ofrecen ayuda a quienes no se pueden ayudar a sí mismos. Por ejemplo, Myanmar Stoves Project o Restaurant against Hunger.

 
 
 
 
 
 

Mi mente está en el zenit. Efectivamente, el presente decide el futuro. Amar algo significa respetarlo, protegerlo y animar a alguien o algo a crecer, incluso a crecer más allá de sí mismo. Así es como nos sentimos en este preciso momento.

Por última vez, siento las finas arenas de North Beach entre mis dedos. Tomo su mano y sé que es un momento especial, entre las innumerables estrellas que allí nos observan y los innumerables granos de arena bajo de mis huellas.

 
 
 
 
 
 

ALMA DURADERA

_ _ __ _ ____. Regreso a la vida cotidiana. ¿Cómo conservar el momento en su pureza: una palabra, una imagen, una nota, una caricia? Una fragancia fluye suavemente al deshacer de mi maleta. Salta el disparador y me cautiva. Es la salvación de mi memoria. Poderosamente transporta todos mis sentidos a la calma, la belleza, el amor, en algún lugar entre el “yo” y el “nosotros”. Los borrosos colores se vuelven más nítidos instantáneamente. El silencio es más fuerte y la historia cobra vida nuevamente: Koh Kood, Tailandia - Soneva Kiri.

 
 

+ Words and Photos:  Jens Wittwer