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Diseño Circular: Una Guía Completa para un Futuro Sostenible

En un mundo que enfrenta desafíos ambientales, el diseño circular surge como un marco fundamental para la creación de productos y sistemas que generan menos desperdicio y tienen una mayor durabilidad. Al considerar todo el ciclo de vida de un producto —desde la obtención de materiales hasta su disposición responsable—, el diseño circular ofrece un modelo para una economía más sostenible y eficiente. Este artículo explora los principios clave del diseño circular, rastrea sus raíces históricas, examina estadísticas impactantes y destaca casos de éxito en sectores como la moda, el mobiliario, el diseño industrial y la arquitectura.

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Diseño Circular: Un Nuevo Modelo para una Vida Sostenible  

El diseño circular es un enfoque en el que se considera cada aspecto de la vida útil de un producto, garantizando un desperdicio mínimo y una máxima eficiencia en el uso de los recursos. Durante siglos, el consumo humano ha seguido en gran medida un patrón lineal: extraer recursos, fabricar productos, usarlos y luego desechar lo que queda. Ahora, a medida que las presiones ambientales se intensifican, un modelo alternativo conocido como “diseño circular” ha comenzado a moldear las conversaciones sobre cómo crear un futuro más sostenible. En esencia, el diseño circular busca minimizar los residuos y maximizar la eficiencia de los recursos mediante la reconsideración de cada aspecto del ciclo de vida de un producto o sistema. Desafía a diseñadores, fabricantes y consumidores a pensar en cómo se obtienen los materiales, qué tan fácil es mantener y reparar los productos y cómo pueden desmontarse o reciclarse una vez que llegan al final de su vida útil.

Este método enfatiza el ciclo de vida completo de un producto: desde la extracción de materiales hasta la posible regeneración de esos insumos al final del proceso. Insiste en el uso de materiales sostenibles—preferiblemente renovables o reciclados—para reducir nuestra dependencia de los recursos vírgenes. También es esencial la idea de “longevidad diseñada” mediante características de reparación y mantenimiento que mantengan los productos en circulación el mayor tiempo posible. La modularidad y la adaptabilidad siguen naturalmente este principio, con componentes que pueden mejorarse o reemplazarse sin necesidad de desechar un producto entero. En industrias que van desde la moda hasta la tecnología, esto ha llevado a nuevas formas de pensar sobre cómo los productos pueden desensamblarse y reciclarse o transformarse cuando han llegado al final de su vida útil. El trabajo de Ellen MacArthur sobre la economía circular ha sido fundamental para popularizar estas ideas, demostrando cómo un circuito cerrado de uso de materiales puede reducir el desperdicio y reducir costos de una sola vez.

© Daniil Silantev

Aunque el concepto puede rastrear sus raíces filosóficas hasta las prácticas ingeniosas de las civilizaciones antiguas, el diseño circular moderno ganó una tracción significativa a finales del siglo XX. La publicación de Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things por William McDonough y Michael Braungart en 2002 ofreció un marco para ciclos de vida de productos continuos y mostró ejemplos reales de cómo diseñar desde el principio con el reciclaje de fin de vida en mente podría reducir el daño ambiental. Alrededor de la misma época, la simbiosis industrial de Kalundborg en Dinamarca demostró que fábricas aparentemente dispares podían compartir residuos y subproductos con un beneficio mutuo. La Fundación Ellen MacArthur formalizó muchas de estas primeras ideas en estrategias accionables a partir de 2010, mostrando eficazmente a gobiernos y corporaciones multinacionales cómo podría verse en la práctica una estrategia de diseño circular.

Las cifras recopiladas por el Foro Económico Mundial sugieren que adoptar completamente un modelo circular podría añadir alrededor de 4,5 billones de dólares en producción económica para 2030. Es una suma enorme, pero no sorprende cuando se observa que un influyente estudio de McKinsey & Company estima que el 80% de todo el impacto ambiental relacionado con los productos se determina en la fase de diseño. La capacidad de definir cómo extraemos, usamos y eventualmente desechamos los recursos recae firmemente en manos de quienes primero esbozan un producto. Igualmente impactante es el cálculo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de que la extracción y el procesamiento de materiales son responsables de más del 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, un número que subraya por qué los diseñadores que comienzan con principios circulares pueden ser verdaderos agentes de cambio en la lucha contra el cambio climático.

 

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© Joana Abreu via Unsplash

Historias de Éxito del Diseño Circular

El impulso del diseño circular se siente en múltiples industrias. Las marcas de moda están lanzando jeans cosidos de manera que las cremalleras se puedan reemplazar fácilmente, los fabricantes de electrónicos ofrecen teléfonos modulares que permiten a los consumidores actualizar cámaras o baterías sin desechar todo el dispositivo, y están surgiendo comunidades enteras dedicadas a compartir y redistribuir artículos que de otro modo serían desechados. Es un enfoque que va más allá de la mera estética, centrándose en la longevidad, la adaptabilidad y el impacto a largo plazo de lo que se crea. En su esencia, la premisa es que si alineamos el diseño con imperativos éticos y ecológicos, la prosperidad no tiene por qué ir en detrimento del planeta.

Quienes deseen profundizar en estas ideas pueden encontrar información esclarecedora en varios libros. Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things de William McDonough y Michael Braungart sigue siendo un punto de partida esencial para comprender el pensamiento del ciclo de vida continuo, y su secuela, The Upcycle: Beyond Sustainability—Designing for Abundance, profundiza aún más en la filosofía del upcycling.

Circular Design for Fashion de la Fundación Ellen MacArthur ofrece un análisis detallado sobre cómo los diseñadores pueden transformar una de las industrias más contaminantes del planeta, mientras que Designing for the Circular Economy, editado por Martin Charter, recopila estudios de caso que ilustran técnicas prácticas y aplicables para impulsar la circularidad en múltiples sectores. Finalmente, Let My People Go Surfing de Yvon Chouinard puede no tratar exclusivamente sobre diseño circular, pero ofrece un relato sincero sobre cómo Patagonia integra la responsabilidad ambiental con el éxito comercial, demostrando que la fabricación ética y las buenas prácticas empresariales no son incompatibles.

secondhand market
© Ellie Cooper via Unsplash
secondhand market
© Ellie Cooper via Unsplash

Moda: Líderes en Durabilidad e Innovación

La industria de la moda ha sido durante mucho tiempo sinónimo de desperdicio, pero cada vez más marcas están replanteando sus prácticas para alinearse con los principios de la circularidad. Eileen Fisher destaca con su innovador Renew Program, que invita a los clientes a devolver prendas usadas. Estas piezas se limpian, reparan y se revenden o transforman en nuevos diseños, demostrando que la artesanía de alta calidad puede disfrutar de una segunda e incluso tercera vida. De manera similar, Patagonia ha revolucionado la ropa para exteriores con su Worn Wear Initiative, un enfoque centrado en la reparación que incluye furgonetas móviles, tutoriales en línea y servicios en tienda. Estos esfuerzos fomentan que los clientes arreglen su ropa en lugar de reemplazarla, demostrando que la sostenibilidad y la lealtad del consumidor pueden ir de la mano.

Por otro lado, Stella McCartney ha sido pionera en la moda de lujo al incorporar Mylo, una alternativa al cuero derivada del micelio, y centrarse en materiales regenerativos en sus colecciones. Sus diseños demuestran que la alta costura puede—y debe—adoptar materiales que respeten los ciclos de la naturaleza.

 

Mobiliario: Construyendo un Futuro Circular

En el sector del mobiliario, Herman Miller ha liderado el camino con su protocolo Design for the Environment. Su icónica silla Aeron es un ejemplo sobresaliente de diseño circular, ya que es fácil de desmontar, lo que permite reparar, reemplazar o reciclar sus partes al final de su vida útil.

Marcas boutique como Vestre, un fabricante noruego de muebles para exteriores, diseñan sus productos pensando en la longevidad, utilizando componentes modulares y materiales sostenibles alineados con los principios de la circularidad.

 

Diseño Industrial: Creando Sistemas Duraderos

El diseño industrial ha visto algunas de las aplicaciones más innovadoras de los principios de la circularidad. Philips Lighting ha sido pionera en el modelo de “pago por lux” en el Aeropuerto de Schiphol en Ámsterdam, que mantiene a la empresa responsable del mantenimiento y reciclaje de las luminarias. Este enfoque garantiza que los productos permanezcan dentro de un circuito cerrado, promoviendo la eficiencia y minimizando los residuos.

Empresas tecnológicas como Fairphone también están marcando la diferencia. Sus teléfonos inteligentes modulares permiten a los usuarios reemplazar o actualizar componentes individuales, como cámaras o baterías, sin desechar todo el dispositivo. Este enfoque no solo reduce los residuos electrónicos, sino que también empodera a los consumidores para tomar decisiones más sostenibles.

 

Arquitectura: Diseñando la Regeneración

La arquitectura, por su naturaleza, es una industria de impactos a largo plazo, lo que la convierte en un área vital para la innovación circular. El arquitecto William McDonough, coautor de Cradle to Cradle, ha sido un líder en proyectos regenerativos. Sus edificios suelen incorporar sistemas de reutilización de agua, fuentes de energía renovable y materiales que pueden ser reutilizados al final de la vida útil de la estructura.

En Ámsterdam, el Circl Pavilion ejemplifica la arquitectura circular. Diseñado con partes desmontables, el edificio puede ser completamente deconstruido, asegurando que sus materiales permanezcan en uso en lugar de convertirse en residuos. La estructura también utiliza materiales reciclados siempre que es posible, estableciendo un nuevo punto de referencia para la construcción ambientalmente consciente.

No es una exageración decir que los principios del diseño circular están cambiando la forma en que pensamos sobre la producción, el consumo y los residuos. En lugar de seguir un modelo lineal que termina en vertederos, tenemos la posibilidad de crear circuitos cerrados donde los recursos permanecen en uso el mayor tiempo posible y donde la idea de “desechar” se vuelve cada vez más obsoleta. Al prestar atención al ciclo de vida completo de un producto, utilizar materiales reutilizables e integrar la reparación y el mantenimiento en cada etapa, aumentamos significativamente nuestras posibilidades de vivir dentro de los límites ecológicos del planeta. Y es precisamente esta sensación de posibilidad, de diseñar un futuro que proporcione tanto prosperidad como bienestar ambiental, lo que sigue inspirando a líderes empresariales, ambientalistas y pensadores creativos en todo el mundo.

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© Denys Striyeshyn via Unsplash

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