Cobros por la devolver la ropa | ¿Podrá reducir el sobreconsumo?

THE RISE OF RETURNING CLOTHING

Las compras por internet han experimentado un auge en los últimos años. Los envíos pueden tardar menos de 24 horas; si algo no te queda bien, puedes devolverlo fácilmente. Muchas personas compran varias tallas o colores al mismo tiempo para asegurarse de que el artículo sea perfecto. Incluso hay quienes usan la ropa una vez, dejan las etiquetas puestas y luego la devuelven.

Las estadísticas muestran que, cuando compramos online, devolvemos más ropa. En Estados Unidos, entre el 8% y el 19% de las ventas en tiendas físicas son devueltas, pero este porcentaje aumenta al 20-30% en las compras de comercio electrónico. La creación de empresas como Klarna, que permite comprar un artículo y pagarlo en cuotas durante los siguientes 30 días, fomenta aún más este hábito. Klarna publicita sus servicios con el lema: “Paga después de la entrega y prueba antes de comprar”. Así, las personas pueden pedir ropa, probársela y devolverla antes de haber pagado.

Todos estos factores contribuyen al aumento de las devoluciones de ropa.

¿QUÉ HAY DE MALO EN DEVOLVER ROPA?

Devolver ropa puede parecer la solución perfecta, pero está lejos de serlo. El proceso duplica el transporte necesario, lo que incrementa las emisiones de dióxido de carbono y utiliza más plástico debido a que los artículos deben ser reempaquetados.

Las empresas de ropa pierden dinero gestionando devoluciones. Necesitan más empleados para procesar y limpiar los artículos. Los costes de transporte y mano de obra pueden representar alrededor del 66% del precio original del artículo. Aunque algunos argumentan que esto crea empleos, los costes financieros y ambientales son muy altos.

Cuando las empresas no pueden revender las prendas devueltas, estas suelen terminar en vertederos. Esto ocurre cuando el esfuerzo financiero y logístico es demasiado elevado para la empresa o cuando los artículos están en malas condiciones. La Fundación Ellen MacArthur informa que cada segundo se envía al vertedero o se quema un camión lleno de ropa.

¿POR QUÉ ESTÁN GANANDO POPULARIDAD LOS COBROS POR DEVOLUCIÓN?

Las empresas implementan cobros por devolución para reducir los costes asociados con este proceso. Estas tarifas pueden ayudar a cubrir los gastos de contratar personal adicional para limpiar los artículos y los costes de transporte.

También se utilizan para fomentar decisiones de compra más reflexivas. Cobrar por devolver un artículo, en teoría, hace que los consumidores sean más selectivos en sus compras, lo que reduciría las pérdidas económicas para las empresas.

¿SON ÉTICOS LOS COBROS POR DEVOLUCIÓN?

La ética de los cobros por devolución genera debate. Aunque estas tarifas suelen cubrir los costes de procesar devoluciones, también enfrentan críticas más amplias. Los críticos argumentan que estos cobros son injustos cuando los artículos se devuelven debido a problemas como tallas incorrectas o descripciones poco precisas, cuestiones que están fuera del control del consumidor. Cobrar a los clientes por problemas generados por el minorista parece injusto.

Las tarifas por devolución también son criticadas por trasladar la culpa del sobreconsumo a los consumidores individuales, en lugar de abordar las prácticas perjudiciales de las propias empresas, como la sobreproducción masiva.

Estos costes adicionales pueden reducir la lealtad a la marca, ya que los clientes podrían no querer comprar artículos que deben pagar para devolver si no les quedan bien o no son como esperaban. Además, estas tarifas pueden crear barreras para las compras, especialmente para consumidores de bajos ingresos, quienes podrían encontrar estos costes adicionales prohibitivos.

¿LOS COBROS POR DEVOLUCIÓN REALMENTE IMPACTAN SOBRE EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR?

Los estudios muestran que los cobros por devolución influyen en el comportamiento de los clientes de varias maneras. Los consumidores se vuelven más cautelosos con sus compras, reflexionando sobre si realmente quieren o necesitan el artículo. Este cambio en la forma de pensar conduce a menos compras impulsivas y reduce la cantidad de devoluciones. Sin embargo, los estudios también revelan que estas tarifas a menudo desalientan las devoluciones incluso cuando los clientes están insatisfechos. Por ejemplo, cuando un artículo no queda bien o no luce como se esperaba, algunos clientes evitan devolverlo, sintiéndose penalizados por problemas fuera de su control. Esto puede llevar a una menor lealtad a la marca y a una disminución en la satisfacción del cliente.

ALTERNATIVAS A LOS COBROS POR DEVOLUCIÓN

Existen muchas alternativas a los cobros por devolución que pueden ayudar a las empresas a mantener altos índices de satisfacción del cliente. En lugar de centrarse únicamente en los comportamientos individuales de los consumidores, deberíamos abordar la promoción del sobreconsumo en la sociedad. Si bien los compradores individuales deberían reducir la cantidad de ropa que consumen, se pueden tomar medidas más beneficiosas que imponer tarifas por devolución.

Crear conciencia sobre el impacto ambiental de las devoluciones puede ayudar a cambiar la actitud casual hacia este hábito. La sociedad también debería trabajar para reducir el estigma en torno a usar ropa más de una vez, ayudando a frenar el consumo excesivo impulsado por el miedo a repetir atuendos.

Fomentar las compras en tiendas físicas puede reducir las tasas de devoluciones y el desperdicio. Una de las principales razones por las que los consumidores devuelven ropa es porque no les queda como esperaban. Muchas marcas tienen estándares de tallas diferentes, lo que hace que una talla M en una tienda sea diferente de una M en otra. Estandarizar las tallas y hacer que las prendas sean más ajustables podría ayudar a solucionar este problema. También, el uso de tablas de tallas personalizadas puede ayudar a los consumidores a elegir el tamaño correcto, reduciendo la probabilidad de devoluciones.

Al implementar estas alternativas, podemos promover hábitos de compra más sostenibles y reducir los impactos negativos del sobreconsumo sin depender de tarifas por devolución.