¿Es la economía circular el siguiente paso para la industria de la moda?
El enfoque económico “Take – Make – Waste” ya no es una opción para las empresas. La sociedad está más consciente de sus hábitos de consumo. Por lo tanto, es crucial impulsar un cambio empresarial global para lograr la estabilidad y el crecimiento a largo plazo. La circularidad parece ser la clave de la nueva dinámica económica. Pero, ¿es realmente la mejor opción? ¿Qué beneficios aporta el cambio a una economía circular? ¿Y cómo afecta esto a la industria de la moda?
Actualmente el sistema económico es lineal, lo que no sólo afecta a la moda sino a muchas otras industrias. El despilfarro de productos, los elementos no renovables y la explotación de los recursos son prácticas tradicionales que deben acabar. Se trata de un sistema que ya no es sostenible, pues no hace más que aumentar los daños sociales y medioambientales.
En la moda, la economía lineal se da en cada paso de la producción de ropa. La extracción de materiales, la fabricación de textiles, la cadena de suministro, el diseño, las ventas, el marketing, etc. se guían por el objetivo de maximizar el consumo de las prendas sin tener en cuenta otras cuestiones que puedan surgir. Según el informe Linear Risks Report del grupo de trabajo FinCe, la economía lineal conlleva para las marcas importantes riesgos de mercado, operativos, empresariales y legales. Eso puede implicar volatilidad futura, precios e intereses más altos, fallos en la cadena de valor, falta de compromiso con la normativa y los protocolos.
Gracias a la moda lineal, la industria de la confección tiene un impacto negativo en el medio ambiente. El 85% de los textiles van a parar a los vertederos, sólo el 1% del material se recicla, al menos 500k de microfibras acaban en el océano (lo que equivale a 50.000 millones de botellas de plástico) y se quieren utilizar 91 metros de agua para la producción textil. Estas alarmantes estadísticas no harán más que aumentar si los productores siguen con el antiguo sistema económico.
En este contexto, la economía mundial está pasando a las iniciativas y colaboraciones ecológicas. Para preservar y proteger el medio ambiente, varios sectores están cambiando sus estrategias y procesos empresariales. Uno de los principales pasos que están considerando los bancos comerciales, las instituciones financieras, las pequeñas y grandes empresas, las ONG, los inversores y las firmas es la economía circular. Un concepto muy conocido a lo largo de la última década ya que la gente quiere tener un impacto positivo.
La Economía Circular es una alternativa que busca redefinir la actividad económica hacia la generación de oportunidades de negocio con beneficios sociales y ambientales. Promueve la producción y el consumo responsables, el uso racional de los recursos naturales, la creación de empleo, el desarrollo de nuevos sectores y la sostenibilidad. La circularidad se basa en 3 principios: eliminar los residuos y la contaminación, mantener los productos y materiales en uso y regenerar los sistemas naturales.
“Todas las formas de residuos, como la ropa, se devuelven a la economía o se utilizan de forma más eficiente” “Los bienes de hoy son los recursos de mañana a los precios de los recursos de ayer” – UNCTAD
¿CÓMO APLICA LA ECONOMÍA CIRCULAR A LA MODA?
La industria de la moda está empezando a abandonar el sistema lineal para pasar a uno regenerativo. No es sólo para las marcas, sino para los diseñadores, los minoristas, los operadores y los clientes. La moda circular consiste en eliminar la contaminación y los residuos, reutilizar, reciclar y prolongar el ciclo de vida de los productos. Se trata de cuidar el planeta y a las personas. Para lograr la transformación del mercado hay que hacer algunos factores tangibles en el ecosistema circular de la moda.
El Informe de Moda Circular 2020 de Lablaco x Vogue, reconoce tres actores principales de la moda encargados de cambiar hacia la circularidad. El primero, es la cadena de suministro, encargada de utilizar materiales circulares como energías renovables, productos químicos no tóxicos, productos agrícolas y procesos de bajo impacto ambiental. La segunda, los diseñadores y marcas, que se encargan de crear piezas de moda a partir de materiales regenerativos, fabricación ecológica, envases reciclados e incluso apoyo a la artesanía local. El tercero, es prácticamente el resto, clientes, creadores de contenidos, minoristas, etc. Que pueden ser habilitados para la reventa, el alquiler, el intercambio, la donación, la reparación y el upcycle.
Algunos ejemplos que se pueden destacar para intentar pasar a la moda circular son
FUNDACIÓN ELLEN MACARTHUR
Esta empresa aborda los retos medioambientales, sociales y económicos de muchas maneras. Ha colaborado con otras marcas de moda para crear campañas de reventa de ropa con The Real Real y Reformation. Además, apoya el servicio de Patagonia para reparar y reestilizar sus productos outdoor. La fundación trabaja en la promoción de una mentalidad de economía circular mediante la creación constante de informes, la organización de eventos y espectáculos, el suministro de información esencial y la cooperación con los responsables políticos.
EILEEN FISHER
Es otra marca que comparte sus conocimientos sobre la sostenibilidad y la economía circular. Su viaje hacia los modelos de negocio circulares se traduce en algunas iniciativas. Crea diseños sostenibles utilizando menos energía, menos productos químicos y materias primas (lana regenerativa). Waste No More es otra acción que combina el arte, la arquitectura y la ecología en exposiciones tradicionales y paneles digitales no tradicionales; con el objetivo de iniciar interpretaciones artísticas de consumo consciente. Además, Eileen Fisher Renew es una forma de que los clientes devuelvan sus prendas de la marca y ganen algo de dinero, para que la empresa pueda revenderlas tras una restauración experta.
¿QUÉ VIENE DESPUÉS? ¿FUNCIONA LA ECONOMÍA CIRCULAR?
La circularidad es algo difícil de medir, poner una cifra a los resultados es complicado teniendo en cuenta que implica cambios sociales. Sin embargo, hay algunos pilares que permiten tener una visión general de la transición. Calcular las emisiones de gases, el consumo de energía, las tasas de empleo y los costes de fabricación es lo más parecido a analizar los beneficios de la economía circular en las empresas.
El Circularity Gap Report del 2022 trabajó para vincular una cifra a la economía circular, que en su conclusión sólo representa el 8,6% de la economía mundial. Un porcentaje que sin duda puede aumentar hasta el 39% en los próximos años. Los beneficios habituales que conlleva la inclusión del nuevo modelo industrial varían según el sector, pero al menos en la moda refleja constantemente la eficiencia de los materiales: la minimización de los residuos mediante la reutilización y el reciclaje de materiales, dejando que todos los materiales vírgenes sean sustituidos por otros secundarios. O la ampliación de la riqueza duplicando la vida útil de los productos de consumo de larga duración.
Una de las estrategias más innovadoras de la economía circular es la digitalización de la moda. Una especialización de algunas marcas que deciden adaptar sus servicios con herramientas digitales. Una estrategia digital para disponer de big data y analítica, que ayuda a entender el comportamiento del consumidor. Además, ofrece modelos de prendas en 3D para reducir el desperdicio de tejidos y materiales, gracias a estas simulaciones los diseñadores tardan menos tiempo en crear prendas y llevan a la producción inteligente sólo por encargo. Aunque ahora mismo no es muy utilizado, en algún momento lo será.
Por último, es necesario asumir que hay muchas posibilidades de alcanzar una economía circular en la moda. Ya que es un paso que podemos dar para disminuir los daños que el actual sistema económico está haciendo al planeta y a las personas. Esta visión se convertirá en la opción que proporciona mejores productos y servicios, contribuye a la sociedad, distribuye el crecimiento y regenera el medio ambiente. El momento de evolucionar es ahora.
© Imagen Destacada: Jennifer Grube via Unsplash
+ Words: Regina Berndt, Luxiders Magazine