Veganismo: ¿revolución ambientalista o moda sin sentido?

No se puede ignorar el hecho de que el veganismo está en aumento. Aunque el término “veganismo” surgió en 1944 cuando se fundó la Vegan Society, la cantidad de personas veganas, restaurantes veganos, productos alimenticios veganos, productos de belleza veganos, marcas de ropa vegana e incluso complejos vacacionales veganos ha crecido particularmente en los últimos 5 años y parece que solo acaba de empezar. El veganismo se define como la abstinencia de productos animales, una práctica que en realidad se remonta hasta más de 2000 años atrás, hasta las antiguas sociedades de la India y el Mediterráneo oriental. Para muchas personas, el veganismo también abarca principios ambientalistas. Sin embargo, con muchas empresas que ahora están explotando la tendencia vegana, ¿es el veganismo siempre la opción más ecológica y sostenible? Y más importante aún, ¿las personas están adoptando un estilo de vida vegano por razones de salud, ambientales y éticas o simplemente están siguiendo el movimiento que actualmente promueven los medios de comunicación?

Sin duda, el estilo de vida vegano se ha convertido en uno de los más populares. En Estados Unidos, el número de veganos aumentó en un 600% entre 2014 y 2017, y en el Reino Unido, 1 de cada 3 personas ha reducido su consumo de carne. Los feeds de Instagram seleccionados de celebridades veganas y personas influyentes en las redes sociales nos convencen de que este es el secreto de la salud y la riqueza. Si bien a muchas personas influyentes y empresas veganas les apasiona promover los fundamentos éticos y los beneficios ambientales y para la salud del veganismo, hay casos de explotación del veganismo por otras razones, incluida la obtención de publicidad y ganancias financieras. Muchas grandes empresas como McDonalds y Ben & Jerrys y grandes cadenas de supermercados como Lidl y Aldi ahora ofrecen gamas veganas. Si bien el aumento en las opciones veganas puede parecer un paso adelante para el veganismo, algunos productos veganos disponibles en la actualidad pueden ser más dañinos para el medio ambiente y nuestra salud que ciertos productos animales, lo que mucha gente argumentaría que es perjudicial para el propósito de volverse vegano.

Las razones para elegir un estilo de vida vegano comprenden una variedad de factores éticos, ambientales y de salud. Las dietas veganas se asocian con una presión arterial y un colesterol más bajos y un riesgo reducido de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y cáncer. Comer una variedad de alimentos de origen vegetal tiene innumerables beneficios para la salud y nos permite obtener una variedad de nutrientes muy beneficiosos. Por otro lado, existe evidencia que sugiere que los productos animales pueden ser dañinos para nuestra salud y contribuir a la incidencia de enfermedades. El único nutriente esencial que no se puede obtener de los alimentos de origen vegetal es la vitamina B12 y, por lo tanto, es importante que las personas que consumen una dieta principalmente a base de plantas la complementen de manera adecuada. Es posible que los síntomas de deficiencia no aparezcan de inmediato, pero pueden incluir debilidad, cansancio, palpitaciones y mareos. La vitamina B12 es producida por microorganismos que se encuentran en el suelo y en el sistema digestivo de animales herbívoros, pero los métodos de cultivo modernos, estériles e intensivos, hacen que nuestro suelo ya no contenga vitamina B12 y los animales de granjas industriales a menudo requieren suplementos de la misma. Las fuentes confiables de B12 incluyen alimentos fortificados como leches vegetales, yogures y productos de levadura, así como suplementos dietéticos.

No solo se afirma que una dieta vegana es mejor para nuestra salud, existe una fuerte evidencia que respalda la idea de que adoptar un estilo de vida vegano es la forma más significativa en la que una persona puede tener un impacto positivo en el medio ambiente. Si la población mundial adoptara una dieta vegana, se podrían salvar 8 millones de vidas humanas y las emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducirse en 2/3 para 2050. Se necesitan cantidades mucho mayores de agua y cultivos para producir productos animales para el consumo que para cultivar plantas para una dieta vegana. Al reducir nuestra ingesta de productos animales, podemos reducir nuestra presión sobre los alimentos y los recursos y apoyar a las poblaciones que actualmente viven en privaciones. Además de mejorar el bienestar de la población mundial, el veganismo apoya el bienestar de los animales. Muchos veganos sostienen el punto de vista ético de que todos los organismos sensibles deberían tener derecho a la vida y la libertad.

Como resultado del razonamiento variable para adoptar una dieta vegana o desarrollar un producto vegano, el término “vegano” no se equipara automáticamente a ético, sostenible o saludable. Los consumidores ahora enfrentan el desafío de identificar si un producto vegano también es nutritivo, ecológico y tiene un precio justo. En línea con esto, la transparencia sobre el origen y desarrollo de un producto se ha vuelto de gran importancia. Los ambientalistas miran más allá de las etiquetas “vegano” y “orgánico” para evaluar la huella ambiental de sus compras. Del mismo modo, las personas preocupadas por su salud miran más allá de estas etiquetas para determinar el valor nutricional de sus alimentos. Los ejemplos de veganismo que entran en conflicto con las ventajas éticas, ambientales y de salud incluyen la producción de productos alimenticios veganos procesados ​​y caros con poco valor nutricional, ingredientes no sostenibles y envases desechables; zapatos y ropa veganos hechos de materiales sintéticos e insostenibles que dañan el medio ambiente; y productos de belleza veganos que contienen ingredientes sintéticos y envases de plástico, los cuales contribuyen al desperdicio y la contaminación.