Cómo «cortar» con la moda rápida para siempre
Para muchos, la moda rápida se ha convertido en un vicio, casi como una adicción. Esta epidemia global ha acelerado nuestros hábitos de compra y fomenta la economía del desecho. Hoy compramos cuatro veces más ropa que hace dos décadas, pero usamos nuestras prendas un 36% menos antes de desecharlas. Hemos desconectado por completo del verdadero valor de nuestra ropa y de las personas que la fabrican. ¡Es tiempo de cambiar nuestros hábitos!
Si estás cansado de usar ropa barata que se estropea después de algunos lavados; Si te preocupas por tu cuerpo y exiges alternativas saludables a los acabados tóxicos y químicos sintéticos de la moda rápida; Si piensas que es el momento de parar la explotación de mujeres en la industria de la moda, que representan el 80% de las personas que hacen nuestra ropa; Si estás list@ para ser ambientalmente consciente, entonces este artículo es para ti.
Te proponemos tres consejos para liberarte de las garras de la moda rápida (sin juego de palabras):
Revisa tu armario actual
A menudo nos olvidamos de la ropa que ya tenemos en nuestros armarios. Es bastante vergonzoso leer que, de media, una persona solo usa el 20% de su vestuario, ¡por no mencionar que la mayoría de las prendas se usan solo cuatro veces! Cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de impulsar la sostenibilidad con nuestras propias manos.
Demuéstrale algo de amor a tu armario organizándolo. Haz un inventario de lo que cuelga en los estantes (y lo que está oculto en las profundidades oscuras). ¡Puedes encontrarte con piezas que olvidaste por completo! Coloca toda tu ropa en la cama y organízala por color, tipo de ropa y frecuencia de uso. Pon cada pieza bajo un interrogatorio exhaustivo: ¿Cuándo fue la última vez que la usaste? ¿Encaja con tu estilo de hoy? ¿Te hace sentir bien? ¿Está en buena condiciones? Si encuentras prendas que te gustan pero que, por el uso, presentan pequeños desgarros, agujeros o costuras deshilachadas, aprende a repararlas tomando un workshop o viendo un video de DIY en internet. Si no eres de las que disfruta con la costura, lleva las prendas rescatables a una tienda de costura cercana para repararlas o modificarlas. Te preguntarás por qué alguna vez te conformaste con estilos aburridos, sin personalidad, de talla única sin preguntarte sobre el verdadero coste de esa prenda.
Compra en tiendas Vintage o de segunda mano
No dejes que las fachadas brillantes de los escaparates de las firmas de moda rápida te engañen. Lo que realmente está en tendencia es expresarse a través de tu propio estilo. Y mientras que las tiendas de caridad actualmente solo venden alrededor del 10-20% de la ropa donada que reciben, la compra de segunda mano ha demostrado ser la opción más sostenible.
Las tiendas de caridad actualmente solo venden alrededor del 10-20% de la ropa donada que reciben, la compra de segunda mano ha demostrado ser la opción más sostenible.
Aprender a comprar ropa de segunda mano es la clave de la liberación de la moda rápida. En esos bastidores magníficamente caóticos y aleatorios podemos aprender el verdadero valor de una prenda y adquirir una habilidad especial para reconocer telas de calidad y tesoros vintage. La emoción de encontrar estos tesoros mejora nuestra creatividad e imaginación, lo que nos permite convertirnos en maestros de nuestro propio estilo personal. ¿Sabías que comprar ropa de segunda mano o vintage es más barato que comprar ropa nueva? No hay palabras para describir la sensación de ser felicitado por una chaqueta de segunda mano o un par de pantalones vaqueros que te han costado menos de 5 euros. Si eres de las que no disfrutas en las tiendas de segunda mano, hay innumerables tiendas online como Poshmark, ThredUp y Silkroll, especializadas en ofrecer un catálogo de ropa usada pre-seleccionada y catalogada para embellecer tu estilo mientras ayuda a reducir los desechos textiles en los vertederos.
Compra mejor
No nos podemos olvidar del hecho de que la ropa de segunda mano es, eso, de segunda mano. Si no es lo tuyo, hay una multitud de marcas que producen éticamente. A diferencia de las camisetas de cinco euros y los pantalones vaqueros de 20 que comercializa la moda rápida, el precio de la moda fabricada éticamente refleja un enfoque holístico hacia los fabricantes que la producen en condiciones justas para sus trabajadores y los materiales de calidad que se eligen para las colecciones. Por ejemplo, en lugar de optar por la mano de obra más barata, marcas como Naja empoderan a las comunidades artesanales. En lugar de usar telas baratas, marcas como Eileen Fisher, Alternative Apparel y PACT se esfuerzan por usar fibras sostenibles como el algodón orgánico. En lugar de depender de fábricas lejanas con sistemas de producción dudosos, empresas como Reformation fabrican prendas en Los Ángeles para que tengan plena visibilidad y control de su cadena de suministro. Una vez que hayas llegado al “lado ético” de la moda, se trata de comprar menos y mejores cosas. Si no puedes permitirte comprar nuevas prendas de empresas de moda ética, prueba los servicios de alquiler como Rent the Runway y Le Tote, dos opciones excelentes para los que apuestan por la economía circular.
+ Imagen Principal: © Luxiders x Sera Zelva
+ Textos: Andrea Plell, Remake