El secreto de las Zonas Azules: las áreas con la población más saludable del mundo

 

Al igual que la dieta y el estilo de vida, la salud y la longevidad varían en todo el mundo. Las áreas conocidas como "zonas azules" se distinguen por tener poblaciones con una vida particularmente larga y saludable. Las cinco zonas azules son Cerdeña, una pequeña isla de Italia; Ikaria, una isla griega aislada; Okinawa, la prefectura más meridional de Japón; Nicoya, península aislada de Costa Rica; y Loma Linda, una ciudad en California. Los habitantes de la zona azul suelen vivir de 90 a 100 años, algunos incluso más de 100.

No solo viven más tiempo que la mayoría de las personas en la tierra, sino que también mantienen su salud física y su bienestar mental durante más tiempo. Muchos viven hasta los 90 años sin demencia ni enfermedad crónica. Su calidad de vida, así como su cantidad de vida, es mejor que la del ser humano promedio. Los investigadores han observado los hábitos alimenticios y los estilos de vida de estas poblaciones para descubrir los secretos detrás de su longevidad. Es posible que nos sorprendamos al descubrir que no toman ningún súper alimento en polvo o suplementos, ni realizan ningún ejercicio fuera de lo común. Los motivos de su salud y longevidad implican una combinación de influencias ambientales, incluida su dieta, la rutina diaria y las interacciones sociales. Eso significa que si aprendemos de las poblaciones de las zonas azules y adoptar sus factores de comportamiento y estilo de vida característicos, podremos no solo vivir más, sino también vivir mejor por más tiempo.

Comer alimentos naturales

El factor dietético más distintivo compartido por las poblaciones de la zona azul es su consumo de alimentos integrales en lugar de alimentos procesados. También evitan los productos manufacturados cargados de ingredientes químicos, como los cigarrillos. En cambio, consumen solo lo que proporciona su entorno local. A menudo olvidamos que somos parte de la naturaleza. Los humanos son animales de la tierra y la tierra ofrece naturalmente toda la comida que los humanos necesitan para sobrevivir. Nuestros cuerpos han evolucionado para reconocer y digerir alimentos en sus formas naturales. Los alimentos procesados ​​con alto contenido de azúcar y grasas saturadas son inflamatorios y pueden ser químicamente destructivos para el cuerpo humano. Estos alimentos se han relacionado constantemente con la obesidad, las enfermedades cardíacas, la diabetes y una reducción general de la longevidad. Tales enfermedades son prácticamente inexistentes en las poblaciones de la zona azul. Aunque cumplir con una dieta completamente libre de ingredientes artificiales y pesticidas es difícil en la sociedad moderna, asegurarnos de que la mayor parte de su ingesta calórica provenga de alimentos orgánicos enteros nos dará la mejor oportunidad de obtener importantes beneficios de salud para prolongar la vida.

El poder de las plantas

Los alimentos integrales consumidos por los habitantes de la zona azul son, principalmente, de origen vegetal. La mayoría de su ingesta calórica proviene de frutas, verduras, frijoles, legumbres, hierbas, cereales integrales, nueces y semillas. Los alimentos integrales de origen vegetal se relacionan repetidamente con la buena salud y la longevidad. Las plantas contienen fibra, antioxidantes, vitaminas, minerales y moléculas biológicas que se cree que combaten el cáncer, reducen el colesterol y bloquean los coágulos sanguíneos. Las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta comúnmente asociadas con las sociedades modernas son raras en las poblaciones de la zona azul. Esta es una prueba más que muestra el poder de las plantas para prevenir enfermedades y prolongar la vida.

 
 

Carne mínima

Muchos habitantes de la zona azul consumen carne y pescado, además de su dieta basada principalmente en vegetales, pero no lo hacen a diario. Los productos animales se consumen con moderación: la carne solo se come unas pocas veces al mes, mientras que el pescado, la leche y los huevos se comen algunas veces a la semana. Los animales utilizados en sus productos de origen animal generalmente se crían localmente, se alimentan con pasto, se crían en valles y se capturan en la naturaleza. Por lo tanto, los productos animales en las poblaciones de la zona azul son más ricos en nutrientes y libres de químicos dañinos. En las sociedades modernas, sin embargo, la mayoría de los productos animales se producen en masa en granjas industriales. Esto significa que, además de las sustancias artificiales que intervienen en la conservación y el procesamiento de los productos, se utilizan antibióticos y hormonas de crecimiento al criar animales. Cuando consumas productos de origen animal, asegúrate de elegir productos de alta calidad, orgánicos y de origen local para evitar la ingestión de estas sustancias químicas y para respaldar la sostenibilidad del medio ambiente.

 

Sigue moviéndote

Los habitantes de las poblaciones de la zona azul son físicamente activos durante toda su vida. El ejercicio se incorpora de forma natural en su rutina diaria y, aunque por lo general comprende movimientos lentos y relajados, como caminar, la actividad prolongada mantiene sus músculos ocupados y su circulación fluyendo. El ejercicio endurece los músculos y los huesos del cuerpo, reduciendo el riesgo de lesiones y asegurando que la movilidad y la agilidad se mantengan hasta el final de la vida. La mayoría de los habitantes de la zona azul permanecen físicamente activos hasta los 90 años. Si bien no usan maquinaria específica para el ejercicio o participan en clases de ejercicios de alta intensidad, el trabajo físico y el movimiento regular fortalece sus cuerpos. El ejercicio diario es un factor clave en la promoción de la buena salud y la longevidad, ya que condiciona al cuerpo a ser físicamente resistente, aumenta la descomposición de las toxinas y mejora la función del sistema inmune.

Rendirse a dormir

Las poblaciones de la zona azul alcanzan un promedio de ocho o más horas de sueño por noche. Los habitantes tienden a despertarse cuando sale el sol y dormirse después de que se pone el sol. Un patrón de sueño constante asegura que el cuerpo esté bien descansado y listo para cada día. Con la falta de sueño asociada con una amplia gama de consecuencias negativas para la salud, incluido el desequilibrio hormonal y la reducción de la función inmune, dormir es crucial para regular nuestro patrón de sueño. Al establecer un ciclo de sueño-vigilia con respecto al ciclo nocturno de la Tierra, debemos asegurarnos de que nuestro cuerpo descansa en armonía con el ciclo natural de 24 horas. Esto no solo garantizará que estamos descansando adecuadamente nuestro cuerpo, sino que también nos permitirá desarrollar una conexión más cercana con el entorno natural en el que vivimos, que puede beneficiar nuestra salud mental y nuestro bienestar. Si no logramos dormir por la noche, debemos reservar algo de tiempo para dormir la siesta. 

 

Ciertas poblaciones de la zona azul optan por la siesta durante el día después de las ocasiones que implican quedarse despierto hasta tarde en la noche. Lo más importante es permitir que el cuerpo descanse cuando lo necesite para que pueda regenerarse.

 

 
 

La familia y los amigos, lo primero

Una característica notable del estilo de vida común en todas las poblaciones de la zona azul es su integración en la comunidad. Los habitantes viven en unidades familiares cercanas y las familias viven juntas en las comunidades. Tener una identidad dentro de una comunidad y ser parte de un grupo aporta a los humanos un sentido de propósito y pertenencia. En las comunidades de la zona azul, las familias y los amigos se apoyan mutuamente y las generaciones mayores son respetadas y bien cuidadas. Mantener compañeros a largo plazo e interacciones sociales a lo largo de la vida es una parte esencial del mantenimiento de la salud mental y el bienestar. 

 

La red de apoyo de familiares y amigos parece ser un factor que contribuye a la longevidad de las poblaciones de la zona azul, lo que demuestra la importancia de pasar tiempo de calidad con la familia, así como fomentar relaciones cercanas y significativas con otras personas.

 

Eliminar el estrés

Finalmente, pero ciertamente no menos importante, la principal cualidad conductual compartida por las poblaciones de la zona azul es su estilo de vida de bajo estrés. El estrés causa la liberación de la hormona cortisol en el cuerpo, lo que aumenta la presión arterial y, a largo plazo, puede aumentar la incidencia de la enfermedad. Minimizar los niveles de cortisol es una parte fundamental para mantener una mente y un cuerpo saludables. La falta de estrés en las poblaciones de la zona azul es probable debido a la combinación de una dieta saludable, ejercicio regular, sueño de buena calidad, interacciones sociales positivas y una comunidad de apoyo. Además, muchas poblaciones de la zona azul tienen creencias espirituales que pueden contribuir a su sentido de propósito y bienestar.

El apoyo social dentro de las comunidades permite a los habitantes ayudarse unos a otros a lidiar con el estrés mental e invocar la felicidad entre ellos. Al promover la liberación de hormonas asociadas con la salud y la felicidad, los seres humanos logran una sensación de bienestar que les permite tomar decisiones positivas que les permitan alcanzar una mayor salud y felicidad en sí mismos y entre otros. Para cultivar tu felicidad y promover la longevidad, cuida tu cuerpo y mente con una dieta saludable, ejercicio regular, sueño y tiempo de calidad con amigos y familiares. Las poblaciones de la zona azul nos han enseñado que disfrutar la vida y llevar un estilo de vida saludable no son mutuamente excluyentes: no se puede estar sano si no se es feliz; y no puedes ser feliz si no estás sano. 

 

 

+ Textos: Yasmin Razzaque

Yasmin Razzaque es Licenciada en Bioquímica con un gran interés en temas de salud y nutrición. Nuestra colaboradora usa su conocimiento científico y su capacidad para analizar críticamente la investigación para escribir artículos sobre alimentación saludable y bienestar sostenible.

Instagram: @yasminsophiya