¿A dónde han ido todas las flores? | El turismo devasta los campos
Ya has visto las populares fotos de Instagram de gente guapa en lugares preciosos. Una influencer de viajes posando en un pintoresco campo de flores, una encarnación casi de lo sublime. Sin embargo, tras este romanticismo estructurado, se esconde un prado pisoteado, un espacio perdido, aplastado bajo la imagen idealizada.
Hileras e hileras de flores se extienden por el horizonte. Los turistas acuden cada año en masa a varios prados, famosos por la foto perfecta para Instagram. Sin embargo, tras la serenidad de las escenas se esconden tallos pisoteados y pétalos aplastados. Este “turismo floral” está destruyendo estos hábitats idealistas.
Estos bellos parajes son célebres en todo el mundo. Ya sean los campos de tulipanes de los Países Bajos o los prados de lavanda de Washington DC. Estos bellos espacios se han convertido en el punto de atracción número uno para influencers en Internet y turistas ocasionales. En California, los famosos campos de flores reciben una media de 150.000 visitantes al año.
LA CUESTIÓN ECOLÓGICA: ¿SELFIES A QUÉ PRECIO?
A pesar de que esta economía del turismo floral es estupenda para las empresas locales, es perjudicial para la fauna local. En 2019, el famoso campo de flores de Keukenhof, en los Países Bajos, generó 25 millones de euros en ingresos. Sin embargo, con cada turista que aporta a la economía, hay dos pies aplastando tallos de flores mientras buscan la iluminación perfecta.
Todos los años se producen superflores por todo Estados Unidos, que atraen a diversos visitantes. Un destino popular era la granja californiana de girasoles Bogle seeds. Pero debido a varios visitantes destructivos, la granja tuvo que cerrar en 2019, temiendo que su campo de flores sufriera un impacto irreparable. No es el único destino que ha introducido medidas medioambientales. El famoso campo de flores en Siniy Utes introdujo una valla y señales claras después de que el turismo en la zona empezara a amenazar la investigación y el desarrollo de los biólogos locales.
CAMPOS DE FLORES: UN ECOSISTEMA PEQUEÑO PERO VITAL
Los campos de flores son mucho más que un espacio bonito. Albergan un ecosistema diverso y bullicioso. Estos hábitats vitales sustentan una gran variedad de especies, desde saltamontes y abejas hasta pequeños mamíferos y aves. La biodiversidad, por pequeña que sea, es algo que algo que debemos proteger.
Sin embargo, estos espacios están desapareciendo. No sólo el turismo, la construcción y las nuevas infraestructuras también han contribuido a la pérdida de flores silvestres y praderas. En Alemania, las praderas ricas en especies han disminuido casi un 83,6% desde la década de 1950. Las flores silvestres también son esenciales como hábitat primario para las abejas, que son vitales para múltiples ecosistemas como polinizadoras. Las abejas también están amenazadas. La pérdida de su hábitat y el aumento del uso de pesticidas han hecho que ocho especies de abejas estén clasificadas en peligro de extinción. Cuantas más flores silvestres y cultivos de flores destruyamos por nuestra ignorancia, más abejas estarán amenazadas.
CÓMO PUEDES AYUDAR A PRESERVAR LA NATURALEZA
Debe producirse un cambio en nuestro turismo. Hay que fomentar un turismo nuevo y consciente. Inculcar la conciencia y el aprecio por el medio ambiente que nos rodea, en lugar de la ignorancia de nuestro impacto. Cuando visites campos de flores, quédate en los caminos y detrás de las vallas, en lugar de aventurarte en el centro para hacer una foto de 5 segundos, dejando destrucción a tu paso.
Al explorar nuestro mundo, debemos ser conscientes de lo delicada que es nuestra naturaleza. También podemos fomentar la conservación de las flores silvestres haciendo donaciones a organizaciones benéficas locales e internacionales cuyo objetivo sea preservar estos ecosistemas.
+ Words:
Emily Fromant
Luxiders Magazine