Luz para las prácticas éticas del café
¿Te consideras un experto en café? Bien, pues debes saber que además de buscar la mejor infusión, también puedes apoyar a los granjeros que han pasado horas cultivando y procesando meticulosamente tu café. Esta idea, denominada «café ético», promueve formas sostenibles de cultivar café, así como un trato y pago justo para los agricultores.
Vender café ético no es tanto una tendencia en estos días como un requisito. Con el advenimiento de programas como Fairtrade, que apoyan a los productores y las prácticas de agricultura ambiental sostenible, las prácticas éticas han elevado los estándares de la industria del café. Las marcas de café ahora usan la certificación Fairtrade como un factor adicional para la satisfacción del cliente, dando a los amantes del café la sensación de que han contribuido a la causa.
El café es un negocio caro. Las compañías multinacionales obtienen millones de él. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de los agricultores que cultivan las semillas del café. Un estudio realizado por la Universidad de Kansas ha compartido los descubrimientos del investigador Alexander Myers, donde subraya que la producción de café actual está dañando el medio ambiente debido a que la caída de los precios ha afectado duramente sobre los márgenes de beneficio de los agricultores que producen el café en las granjas familiares. La realidad es que actualmente las compañías multinacionales compran café en cantidades extremadamente grandes y lo venden a bajo precio. Esto lleva a los agricultores a cultivar café de la forma más económica posible, y algunos incluso deciden incluso usar productos químicos para hacer crecer los granos más rápidamente.
La aparición de la tercera generación de empresas de café ha ayudado a mejorar la comprensión del consumidor sobre lo que implica sacar el café desde la granja a la taza. Las personas, especialmente en Australia, casi siempre prefieren el café certificado ya que esto garantiza la calidad y la práctica ética en su proceso de producción.
Una de las figuras clave que arroja luz sobre el tema es el actor de Hollywood Hugh Jackman. Jackman explicó en su entrevista con Time Magazine la importancia de montar de forma emprendedora y altruista una empresa ética de café. Después de una visita con un joven productor de café en Etiopía, Jackman estableció Laughing Man Cafe en 2011 para proporcionar un lugar a los agricultores de los países en desarrollo para vender sus productos en los Estados Unidos. Jackman dona el 100% de sus ganancias a Laughing Man Foundation, una organización que apoya el desarrollo comunitario y programas educativos en todo el mundo. La fundación en sí misma ha logrado mucho desde su creación en el sentido de que, por ejemplo, ha financiado proyectos de pequeñas empresas para agricultores y sus familias en toda Etiopía.
El actor es una figura prominente en la cultura pop, debido a su trabajo en películas como X-Men y en películas galardonadas como Les Miserables. Su actuación como Wolverine, su papel más famoso, ha contribuido en gran medida al fenómeno actual de los superhéroes. De hecho, la primera película de «X-Men» allanó el camino para muchas de las películas de superhéroes que conocemos hoy en día, y el éxito de la cinta provocó una reacción en cadena en otras industrias. Para darte una idea, CW Television Network decidió crear su propia línea de superhéroes DC que incluye «The Flash» y «Arrow», mientras que la plataforma global Slingo diseñó juegos de superhéroes, como «King of Atlantis» que evoca la imagen de personajes familiares de cómics. A través de la asociación profundamente arraigada de Jackman con un nicho muy popular, así como su vinculación con la industria del entretenimiento en general, el actor puede ser muy influyente en el caso de promover prácticas éticas del café.
Por supuesto, eso no quiere decir que los ciudadanos no puedan ayudar a su manera. Antes de beber nuestra taza de café, ¿por qué no revisar las etiquetas? Si no está certificado, pensemos en los agricultores trabajadores que ganan poco a cambio. Al elegir solo café ético, indirectamente extendemos una mano de ayuda a su sustento.
