Apropiación cultural, la manzana envenenada de la moda

 

 

La industria de la moda se ha enfrentado en los últimos años a varias acusaciones de apropiación cultural. La "zona gris" relativa a la apreciación o la apropiación parece cada vez más clara, pues la gente no deja de denunciar estos comportamientos.

 
 

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El debate sobre la apropiación cultural en la industria de la moda ha vuelto a ser noticia. La última noticia es que México ha acusado a grandes marcas de moda como Zara, Anthropologie y Patowl de utilizar patrones de comunidades indígenas en su ropa y les insta a devolver el dinero a "las comunidades creativas" por el uso de patrones y bordados oaxaqueños en uno de sus vestidos.

No es la primera vez que México vive una polémica por el uso de diseños de pueblos indígenas en colecciones de moda. Todo comenzó en 2015, cuando la diseñadora de moda francesa Isabel Marant confeccionó un vestido que tenía un notable parecido con el huipil, un traje tradicional de los indígenas de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, al suroeste de México.

 
 
 
 
 
 

Como símbolo de su identidad, pidieron a Marant que reconociera el patrimonio de la comunidad y que retirara el vestido de su colección. Originalmente, la prenda cuesta unos 300 pesos mexicanos. Sin embargo, la casa francesa lo vendió online por 365 dólares, el equivalente a 4,500 pesos. Aunque posteriormente, en 2015, tuvo que retirar el vestido de la venta, no le dio su reconocimiento a la comunidad mixe.

Sin embargo, un año después se hizo justicia. De acuerdo con la publicación de Brigitte Vézina "Curbing Cultural Appropriation in the Fashion industry", el Congreso de Oaxaca, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), proclamó los diseños tradicionales, los bordados y la lengua de los pueblos mixes como patrimonio cultural inmaterial.

 

 
 
 

ENTENDER SU ORIGEN

Oxford Dictionaries incluyó el término apropiación cultural hace solo cuatro años, en 2017. Se define como "la adopción no reconocida o inapropiada de las costumbres, prácticas, ideas, etc. de un pueblo o sociedad por parte de los miembros de otro pueblo o sociedad típicamente más dominante." En pocas palabras, cuando alguien adopta algo de otra cultura. Edward Taylor, antropólogo cultural, acuñó el término difusión cultural en el siglo XIX. Lo describe como la transferencia de elementos entre culturas y sociedades.

La primera referencia a la apropiación cultural se encuentra en 1979 en el libro "Subculture: El significado del estilo", escrito por el sociólogo Dick Hebdige. Examina cómo nos interesan las subculturas, especialmente "las formas expresivas y los rituales de esos grupos subordinados" y cómo lo tomamos prestado para convertirlo en parte de nuestro propio estilo. Utiliza el ejemplo de las subculturas blancas en Gran Bretaña; el estilo punk lo toma prestado de la cultura rastafari y de la ropa de la clase trabajadora.

La apropiación cultural se basa esencialmente en la espectacularización de la identidad cultural autóctona, que por lo general, no obtiene el merecido reconocimiento del elemento cultural o su valor por parte de terceros. Esta interrupción del proceso de identificación, obliga a los miembros de los grupos racializados a aplicar estrategias de aculturación, que a menudo tienen como resultado la desaparición de estos grupos culturales.  

Sin embargo, no todas las formas de "préstamo" e inspiración cultural son perjudiciales. Vézina afirma que la reinterpretación de elementos de diferentes culturas puede ser enriquecedora tanto para la cultura de origen como para la de destino. Frenar la apropiación cultural no equivale a erradicar todas las formas de influencia cultural en general.

 

"Al fin y al cabo, las culturas son fluidas y restringir su libre circulación sería negar su propia esencia", Brigitte Vézina.

 

 
 
 
 
 

EL PODER DE LA MODA

Sabemos que la moda es una importante herramienta de expresión. El sector es conocido por su creatividad y su capacidad para crear prendas destacadas. Sin embargo, tiene un alto componente de copia e imitación. Tomemos como ejemplo la moda rápida: los artículos de las marcas de lujo se copian de forma descarada y apresurada para poder venderlos a los consumidores lo antes posible. Teniendo en cuenta esto, la apropiación cultural es otra manifestación de la tendencia a copiar e imitar.

A lo largo de la historia, muchos diseñadores se han servido de las culturas del mundo para realizar sus colecciones. En palabras de Vézina: "Los ejemplos van desde los pantalones de harén y las túnicas del diseñador francés Paul Poiret en la década de 1910, inspirados en las culturas de Oriente Medio y Turquía, hasta la colección africana de cuentas y plumas de Yves Saint Laurent en 1967, inspirada en la artesanía africana, entre otros. Incluso Coco Chanel aplicó bordados tradicionales rusos en túnicas en sus primeras colecciones de los años 20".

 
 
 

La clave es saber identificar cuándo alguien se está inspirando en otra cultura y cuándo se está apropiando de ella. La verdad es que es una "zona gris". La principal diferencia es que cuando estás apreciando pides permiso y muestras interés por la cultura. Compras directamente a los creadores y te tomas el tiempo de conocer los orígenes de la prenda. Por el contrario, cuando te apropias de una cultura, lo haces sin consentimiento, viniendo de un grupo privilegiado y con poco o ningún interés por la cultura.

Las consecuencias de la apropiación cultural son devastadoras para la cultura de la que se toma prestado. Se les despoja de las características inherentes a su comunidad: identidad, dignidad, autonomía y autodeterminación. En el plano económico, se les arrebata el reconocimiento y la compensación por utilizar sus diseños.

En definitiva, la base debe ser el respeto. Vivimos en un mundo lleno de culturas, cada una más especial y diversa que la anterior. Es lógico que nos sintamos inspirados y nos guste la ropa de estas culturas, pero no debemos olvidar que su origen debe ser respetado. Informémonos sobre la historia o las características de la prenda para llevarla honrando y reconociendo su increíble cultura.

 
 

+  Words: Ane Briones, Luxiders Magazine 

Journalism graduate | Basque Country based writer

IG: @anebriones